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Chile anuncia nueva zanja en la frontera con Bolivia

Nacional

Articulo por:

Monserrat Jorquera

El Gobierno de Chile informó el 5 de marzo la construcción de una nueva zanja en la frontera con Bolivia para frenar la llegada masiva de migrantes irregulares, en su mayoría venezolanos. La medida fue tomada en un contexto de Estado de Excepción Constitucional de Emergencia debido a la crisis migratoria.

La construcción se está llevando a cabo desde el lunes 7 de marzo, y es una continuación de la zanja ubicada en la zona que divide Colchane con Pisiga, Bolivia. Son 300 metros de surco, que se empezaron a excavar y que se unirán con la otra zanja de 600 metros, la cual se construyó hace cinco años en el paso fronterizo de la comuna del norte de Chile, y que en la actualidad no tiene mayor profundidad que un metro.

El ministro del Interior y Seguridad Pública de Chile, Rodrigo Delgado, explicó que el objetivo de la zanja «es tener mayor capacidad de control de bandas criminales que quieran pasar en vehículos o de personas que quieran ingresar de manera clandestina a Chile». Quién igualmente se manifestó con respecto a lo que está sucediendo fue el alcalde de Colchane, Javier García, que sostuvo una postura a favor de las labores en la frontera, “es una medida necesaria ya que permite de alguna forma mejorar el control en ese sector y, por supuesto, la labor de Carabineros y el Ejército”.

Otra opinión que salió a la luz fue la del líder del Partido Republicano y ex candidato presidencial, José Antonio Kast, quién celebró la medida a través de sus redes sociales. “El sentido común se impone: las zanjas ayudan a evitar que traficantes de personas, extranjeros ilegales y narcotraficantes entren sin control a nuestro territorio”, escribió en su Twitter.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) comunicó en diciembre pasado que un aproximado de 500 refugiados y migrantes venezolanos, incluidos niñas y niños, cruzan diariamente por pasos fronterizos irregulares entre Bolivia y Chile y logran llegar al país «tras varios días sin comer, con deshidratación, hipotermia y mal de altura». La mayoría de las personas que consiguen cruzar a la ciudad chilena se instalan en carpas, en plazas o caminan sin rumbo pidiendo ayuda.

A lo anterior se suma que, al menos 23 migrantes murieron en el último año intentando cruzar la frontera con Bolivia, y en lo que va del 2022, al menos 3 personas han muerto intentando cruzar la frontera.