El pasado jueves 9 de noviembre se vivió un trágico accidente en el sur de México que involucró a 160 migrantes, los cuales viajaban hacinados en un camión para poder cruzar hacia Estados Unidos, pero lamentablemente no alcanzó a llegar y se volcó en el transcurso. La desgracia terminó con 55 centroamericanos muertos, entre ellos adultos y niños de diferentes nacionalidades, siendo la mayoría originarios de Guatemala.
El camión inició su recorrido desde Guatemala dirigiéndose a Veracruz, México. Y fue a la altura de la ciudad de Chiapa de Corzo, principal punto de acceso de indocumentados, donde el chofer perdió el control por completo volcando en un puente peatonal, cabe destacar que el mismo se dio a la fuga. Al momento de la desgracia fueron los vecinos los primeros en prestar ayuda a los migrantes, para luego ser trasladados a hospitales públicos y privados.
El Instituto Nacional de Migración (INM) será quién se ocupará de atender la situación legal de las víctimas, confirmó Luis Manuel García, director estatal de Protección Civil. El número de fallecidos va aumentando con el paso de las horas, y debido a la situación el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que «estas desgracias tienen que servir para que se tome conciencia y se atienda el problema de fondo». Es importante también mencionar que el accidente ocurrió tres días después de que se reactivara, por orden judicial, un programa de Estados Unidos que obliga a los migrantes a esperar en México la respuesta a sus solicitudes de asilo.
Traslado de migrantes
El traslado de migrantes en camiones es uno de los métodos más usuales, pero también uno de los más peligrosos, con el que las personas ingresan en territorio mexicano, con la intención de llegar hasta la frontera norte e intentar cruzar hacia Estados Unidos. Algunos testimonios mencionan que aquellos que viajan en estas circunstancias pasan horas encerrados en cabinas sin ventilación y evitando tomar agua para no tener que orinar, y sin ser escuchados por los choferes, que no atienden sus ruegos para detenerse y no morir asfixiados, siendo el resultado la muerte de algunos en el trayecto.
Estas situaciones lastimosamente se han vuelto comunes debido a que las personas lo hacen intentando huir de la pobreza y la violencia en sus países, otros han preferido formar parte de caravanas que realizan buena parte del extenso recorrido a pie, sometidos a climas extremos y a la amenaza del crimen organizado.